jueves, 25 de octubre de 2012



EL DON DE UNA ESTRELLA
 
Algunos tienden a ver siempre el lado negro de las cosas; toda compasión por sí mismo les parece poca. Otros saben sonreír a los acontecimientos, son capaces de sacar optimismo del infortunio. Los primeros viven siempre bajo un cielo sombrío que presagia tormenta; Los segundos saben descubrir el brillo de las estrellas aun a través de los nubarrones más negros. Hay quien lucha con denuedo por engrandecerse, adquirir poder y riqueza. Y hay quien se propone dejar a su paso un mundo mejor del que se encontró al llegar.
 
La nieve es una tumba fría en la que sepultan las más bellas ilusiones, donde se congelan los más caros ensueños. Para otros es una pista tersa por la que pueden deslizarse sin tropiezos, mientras gozan de su sedante blancura que palpita en nuestro interior. Todos tenemos ojos para ver brillar luz en medio de la tormenta. Todos somos capaces de enriquecer el patrimonio del género humano.
 
    Nada puede dañarte, sólo tú mismo.
    Sé celoso de tu tiempo, porque es tu mayor tesoro.    Todos los grandes éxitos resultan de trabajar y saber perseverar.    Nunca culpes a los demás por tu situación; eres lo que eres por decisión tuya.
    Trabaja todos los días como si fuera el primer día del resto de tu vida y trata con ternura las vidas que tocas, como si todas debieran acabarse a media noche.    Ama a todos, incluso a los que te repudian, el odio es un lujo que no puedes permitirte.    Aprende que el que da con una mano recogerá siempre con las dos.
    Por encima de todo, recuerda que se necesita muy poco para llevar una vida feliz.    Mira hacia arriba. Camina siempre adelante.     Aférrate a Dios con sencillez y recorre en silencio tu sendero hacia la eternidad, con caridad y una sonrisa.
    Todo lo que es de Dios debe volver a Él.    Todos tenemos un poder especial: La facultad de elegir.    Nosotros somos capaces de gobernar nuestro propio destino mediante nuestras decisiones.
    Todo, todo está en nuestras manos, gracias a la facultad de elegir.    Da algo de ti mismo cada día al mundo en que vives, y tu vida aquí estará llena de armonía, satisfacción y amor.    No es necesario que seas rico o famoso o un genio para cumplir tu propio destino, todo lo que tienes que hacer es utilizar tus facultades lo mejor que puedas.
    Si eres hábil con el martillo: construye; si eres feliz sobre las aguas: pesca; si la pluma es tu vocación: ¡escribe!    La lucha es el único seguro para cualquiera que debe desarrollar toda su capacidad.    La adversidad no es una maldición; es una bendición.
    Las personas más brillantes son las que han pasado por la prueba y no se han derretido en el crisol de la tribulación.

lunes, 22 de octubre de 2012

Las personas pueden cambiar?

 Concluyamos con algunas de las condiciones bajo las cuales las personas pueden cambiar.                                           
El desarrollo de los estadios se refiere a los cambios psicológicos y físicos, tanto cualitativos como cuantitativos, que acontecen a lo largo de toda la vida del ser humano. Estos cambios tiene mucho que ver con:
  • La etapa de la vida en la que la persona se encuentre.
  • Las circunstancias culturales, históricas, y sociales  en las que su existencia transcurre.
  • Las experiencias particulares de cada uno.   
1.-Cuando pasa de un estadio a otro en el momento que está preparada y no antes.
2.-Cuando aplica los procesos adecuados a su estadio actual de condiciones bajo las cuales intenta dar un paso hacia el cambio de acción.
3.-Cuando sigue una terapia que encaja con su estadio de cambio más que intentar encajar el estadio de cambio preferido de la terapia.
4.-Cuando más que desmoralizarse por sus recaídas, aprende de ellas.
5.-Cuando entiende las complejidades del cambio en vez de reducirlo todo a un solo proceso, tales como la toma de conciencia, el contra-condicionamiento, la fuerza de voluntad o la relación terapéutica.
6.-Cuando trabaja en los niveles más próximos que se adecuan a sus problemas.
7.-Cuando se centra en los niveles más profundos si necesita superarlos.
8.-Cuando comprende su incapacidad de cambiar debido a la atribución incorrecta de niveles de cambio que no se adecuan a su problema.
9.-Cuando entiende que la resistencia al cambio se debe a correspondencias erróneas entre los estadios y/o niveles de cambio del terapeuta y del cliente.
10.-Cuando tiene mejores orientaciones y modelos que le guían a través de los estadios y niveles de cambio.


                                
                                            

miércoles, 10 de octubre de 2012

Estamos siempre en el momento correcto


Debemos tener siempre la confianza de que estamos  en el lugar correcto, haciendo lo correcto, en el momento correcto.
Cada día nos enfrentamos a muchas exigencias en cuanto a nuestro tiempo, trabajo, hijos, pareja, familia, economía, salud. Si permitimos que la ansiedad nos abrume,  esta nos genera emociones, pensamientos negativos, conflictos intrapersonales, problemas de salud, obstaculizando el lograr nuestros objetivos y al lograrlos hemos sacrificado nuestra salud emocional desgastada en este proceso.

En vez de eso, debemos elegir ponernos en contacto con nuestro interior,  –respiro, me calmo y abro mi mente a las ideas, alternativas, escenarios. Realizo el ejercicio de reflexionar o pensar sobre los pensamientos que me producen el estado de ansiedad y nos planteamos formas de reparar o buscar alternativas asertivas para lograr los cambios y salir del estado de estrés y ansiedad.  Acojo la tranquilidad en vez de la ansiedad o la preocupación; un sentimiento de propósito en vez de un sentimiento de preocupación. Descubro que el tiempo me basta a medida que hago todo con calma. Siento alivio al actuar según lo mejor de mis habilidades. No pienso en lo último que hice o lo que debo hacer después. Mi atención completa está en la tarea a mano. Esto me proporciona un sentimiento profundo de satisfacción en todo lo que hago.

EL ARTE DE NO ENFERMARS


Si no se quiere enfermar: hable de sus sentimientos, tome decisiones, busque soluciones, no viva de apariencias, acéptese, confíe y no viva siempre triste.

Si no se quiere enfermar; hable de sus sentimientos. Las emociones y sentimientos que están escondidos y reprimidos, terminan en enfermedades como: gastritis, úlcera, dolores lumbares, dolor en la columna. Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera hasta el cáncer. Entonces, vamos a sincerar, confidenciar, compartir nuestra intimidad, nuestros secretos, y nuestros errores. El diálogo, el hablar, la palabra, es un poderoso remedio y una excelente terapia.

Si no se quiere enfermar; tome decisiones. La persona indecisa permanece en duda, en la ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula problemas, preocupaciones, agresiones. La historia humana es hecha de decisiones. Para decidir es preciso saber renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar otros. Las personas indecisas son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y problemas de la piel.

Si no se quiere enfermar; busque soluciones. Las personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren la lamentación, la murmuración, y el pesimismo. Es mejor encender un fósforo que lamentar la oscuridad. Una abeja es pequeña, pero produce lo más dulce que existe. Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.

Si no se quiere enfermar; no viva de apariencias. Quien esconde la realidad, finge, hace poses, quiere siempre dar la impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto, bonachón, etc., pero está acumulando toneladas de peso. Una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Son personas con mucho barniz y poca raíz. Su destino es la farmacia, el hospital, y el dolor.

Si no se quiere enfermar; acéptese. El rechazo de sí mismo, la ausencia de autoestima, hace que nos volvamos ajenos de nosotros mismos. Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable. Quienes no se aceptan a sí mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, aceptar ser aceptado, aceptar las críticas, es sabiduría, buen sentido y terapia.

Si no se quiere enfermar; confíe. Quien no confía, no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas. Sin confianza, no hay relacionamiento. La desconfianza es falta de fe en sí, en los otros y en Dios.

Si no se quiere enfermar; no viva siempre triste. El bueno humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive. “El buen humor nos salva de las manos del doctor”. La alegría es salud y terapia.

Dr. Dráuzio Varella, El arte de no enfermarse

miércoles, 3 de octubre de 2012

Los niños no se portan mal.


Es común en las conversaciones con otras madres que salga al tema, el comentario "tus hijos se portan tan bien"... Y yo la verdad no se qué hacer con el mío, se porta tan mal que nadie lo quiere cuidar, no le veo sentido no le obedece a nadie.

Una vez una mamá me dijo "bueno, a ti te funciona no castigarlos porque tus hijos se portan bien, pero qué tal con este que se porta mal". Y la verdad, enfrente del niño ofendido, no atiné más que a decir que "todo depende con el cristal con que se mira". Aunque en realidad pienso que si alguien necesitaba un correctivo en aquella situación era la madre ya que hizo una rabieta de aquellas porque el niño se estaba "portando mal" delante de las  visitas.

Quiero compartir parte del artículo de Thomas Gordon (el famoso creador del PET)
Así comienza:

Lo que todo padre debería saber

LOS NIÑOS NO SE PORTAN MAL

David, un curioso y activo niño de tres años, saca todas las cosas del escritorio de su madre y está dibujando sus folders del archivo con marcadores crayola. Descubriendo el desorden la madre enojada pone a David en su lugar. David por supuesto llora y se ve desconcertado.
Cuando el papá de David llega a casa, es recibido con el reporte de mamá: “nuestro querido hijo se portó muy mal hoy”. Predeciblemente, su esposo pregunta: Qué hizo?” Su pregunta es totalmente comprensible porque el mensaje “se portó mal” no comunica nada de lo que David realmente hizo, sólo la evaluación que la madre hizo de él –él fue un niño “mal portado”.

Por qué? Qué hay de malo en pensar o decir que tu hijo se porta mal? Todo padre lo hace. Si, y sus padres lo dijeron de él. De hecho, el origen del concepto del mal comportamiento del niño es tan lejano en la historia que es dudoso que alguien sepa cuándo o por qué comenzó. Es un término tan comúnmente empleado que su uso entre las familias apenas ha sido cuestionado.

Extrañamente, el término es casi exclusivamente aplicado a los niños, rara vez a adultos, amigos o esposos. Qué tan seguido escuchamos a alguien decir: “mi esposo se portó mal ayer” “me enoja que mi amigo se porte mal en el almuerzo” “mis empleados se portaron mal” “nuestros invitados se portaron mal en la fiesta de anoche”

Aparentemente sólo los niños se portan mal, nadie más.

Portarse mal es lenguaje de padres, enlazado de algún modo con la forma en que los padres tradicionalmente fueron vistos. Los padres dicen que los niños se portan mal cuando sus acciones (o sus comportamientos) son contrarios a lo que los padres piensan que debería ser. Más exactamente, el mal comportamiento es el comportamiento que produce de alguna suerte una consecuencia mala para el padre.
Mal comportamiento = comportamiento malo para el padre.
Por el otro lado, cuando los comportamientos del niño no tienen ninguna consecuencia mala para los padres, estos lo describen como “el niño que se comporta”.
“El niño se comportó hoy” “ Se comportó en el almacén” “Nosotros tratamos de enseñar a nuestros hijos a comportarse”.
Pensar que existe el “mal comportamiento” en los niños no sólo significa un problema para los niños, obviamente, también significa un problema para los padres.

Los padres serían más efectivos y la vida en casa más placentera para todos si ellos pensaran de otra forma acerca del comportamiento infantil. Primero, tratemos de recordar que todas las acciones de los niños son comportamientos. Cada cosa que hacen o dicen es un comportamiento específico. Visto de esta forma, todo el día el niño se está comportando. Y por la misma razón que todas las otras criaturas vivientes manejan su comportamiento –tratar de tener cubiertas todas sus necesidades.

Un bebé llora porque tiene hambre o frío o dolor. Algo está mal, su organismo necesita algo. El comportamiento Llorar es la forma en que los bebés piden ayuda, este comportamiento de hecho debería ser visto como “buen comportamiento” porque el llanto es apto para traer al niño la ayuda que necesita. Cuando el bebé es visto como un organismo comportándose adecuadamente para cubrir una necesidad, el niño ciertamente no puede calificarse como “niño que se porta mal”.

En un caso similar, David de tres años explorando y removiendo el escritorio de su madre, un comportamiento que manifiesta su necesidad de ver formas nuevas y tamaños, manejar objetos o dibujar. No debe ser etiquetado por su madre como un mal comportamiento.

La vida en familia podría ser infinitamente menos exasperante para los padres y más disfrutable para los niños también si los padres aceptaran estos simples principios acerca de los niños:
Principio 1: como todos, los niños tienen necesidades y tienen comportamientos para satisfacerlas.
Principio 2: los niños no se comportan mal; ellos se comportan para satisfacer sus necesidades.
Esto no significa sin embargo que a los padres les van a gustar todos los comportamientos de los niños. Los niños pueden ser ruidosos y destructivos, te retrasan cuando tienes prisa, te molestan cuando necesitas calma, te causan trabajo extra, desordenan tu casa, interrumpen tus conversaciones y rompen tus cosas valiosas.

Piensa en estos comportamientos de esta forma: son comportamientos que los niños despliegan para satisfacer sus necesidades. Si por casualidad sucede que al mismo tiempo interfieren con tus ideales de placer, eso no significa que el niño se está comportando mal. Más bien lo que está sucediendo es que este particular modo de comportarse es inaceptable para ti. No interpretes que el niño trata de hacerte algo a ti (molestarte), trata de hacer algo por sí mismo (cubrir alguna de sus necesidades). Y esto no lo hace un mal niño ni un niño mal portado.

Si los padres desterraran las palabras “mal comportamiento” de su vocabulario, rara vez se sentirían enojados y juzgantes. Consecuentemente, no se sentirían tentados a castigar, como en la situación de David y su mamá.

Todos los padres necesitan aprender algunos métodos efectivos para modificar los comportamientos que le afectan su desempeño de manera integral, pero etiquetar al niño como mal portado no es uno de ellos. Tampoco lo es el castigo, en ninguna de sus modalidades.